“Valentina y la Sombra del Diablo”, es una obra de teatro con sentido

Con el objetivo de promover la prevención del abuso infantil la obra “Valentina y la Sombra del Diablo”, un mensaje delicado para las familias de la Península de Yucatán.

Jercelia Herrera
Espectáculos
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El teatro siempre ha sido un medio para explorar temas complejos y provocativos, y “Valentina y la Sombra del Diablo” no es una excepción. Esta obra teatral se sumerge en un tema delicado y perturbador: el abuso sexual infantil.

A través de su narrativa, ofrece una ventana al mundo de las víctimas y busca comprender por qué tantos niños mantienen un doloroso silencio frente a este tipo de atrocidades.

La trama gira en torno a Valentina, una niña que tiene una relación peculiar con su sombra, que adquiere una voz tenebrosa. Su abuelo le enseña que las sombras solo tienen nombre cuando se les da luz, pero en el oscuro rincón de su habitación, Valentina enfrenta una sombra aún más aterradora: la sombra del abuso que ha sufrido. La obra busca que los niños y niñas comprendan que tienen una voz, que pueden hablar sobre lo que les sucede y buscar ayuda.

Detrás de esta obra de teatro con un mensaje tan profundo se encuentra un equipo de actores y artistas comprometidos con la causa. Para ellos, llevar este tema a las tablas es un reto emocional y artístico. Dana Góngora, quien interpreta a Valentina, describe su experiencia como compleja debido a la responsabilidad de darle voz a un personaje que representa a todos los niños que han sufrido o podrían sufrir abuso sexual. Es un papel que la ha llevado a explorar profundamente sus propias emociones.

Para el elenco y la directora, Mónica Vázquez, el mensaje de la obra es lo más importante. Más allá de los aplausos y el reconocimiento, su objetivo es transmitir un mensaje de prevención y conciencia tanto a niños como adultos. Abordar un tema tan delicado y tabú como el abuso sexual infantil a través del arte es una forma de llegar a las personas de una manera que puede ser más impactante y significativa que una simple charla o folleto informativo.

El teatro y el arte en general tienen el poder de tocar las fibras más sensibles de la sociedad. Mónica Vázquez, la directora, y Dana Góngora, quien da vida a Valentina, entienden que tienen un compromiso social y moral al llevar este tema a escena. Son conscientes de que pueden dar voz a quienes, de otra manera, permanecerían en silencio, y están decididos a utilizar su talento para generar conciencia y promover la prevención del abuso infantil.

Dana Góngora destaca que la obra no se limita a un público infantil; está diseñada para llegar a toda la familia. Los niños pueden verse reflejados en la historia de Valentina, pero los adultos también pueden aprender a reconocer los signos de abuso y convertirse en aliados en la protección de los más vulnerables.

“Valentina y la Sombra del Diablo” es más que una simple obra de teatro; es un llamado a la acción, una oportunidad para abrir un diálogo sobre un tema crucial que a menudo se mantiene en las sombras. El teatro, en este caso, se convierte en una herramienta poderosa para la educación, la prevención y la sanación. A través de sus actuaciones, el elenco de esta obra espera que su mensaje llegue a más niños y adultos, haciendo que todos seamos conscientes de la importancia de escuchar a los más pequeños y protegerlos de las sombras que puedan amenazar sus vidas.

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