A pesar de un fallo judicial que ordenó quitar los sellos de clausura y reabrir uno de los centros turísticos más importantes de Huatulco, el establecimiento permanece cerrado debido a la burocracia que limita las acciones necesarias para su mantenimiento.
La pasión y dedicación de los trabajadores se ve restringida por la negativa de la Secretaría del Medio Ambiente Federal (SEMARNAT) y la Procuraduría Federal del Medio Ambiente (PROFEPA) para acatar el fallo judicial y retirar los sellos de clausura.
Estos sellos limitan el acceso de pipas cargadas de agua tratada, un servicio esencial autorizado por FONATUR que no se puede llevar a cabo mientras permanezcan los sellos de clausura.
Las imágenes de drones muestran los daños causados por la falta de agua en las áreas verdes del centro turístico desde que fue clausurado hace dos semanas.
Ricardo Bracamontes, empleado del campo de golf, expresa su tristeza al ver cómo el lugar se está secando, mientras que Raúl Méndez lamenta el deterioro del campo que solía ser hermoso y limpio.
El riego del campo de golf no solo beneficia al establecimiento, como explica Miguel Ángel Fong González, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles, ya que el agua utilizada se recicla y contribuye al proceso natural.
En un comunicado, Grupo Salinas enfatizó el desacato ante la ley de SEMARNAT y PROFEPA, exigiendo que retiren los ilegales sellos de clausura y cumplan con las órdenes judiciales.
La clausura, señalan, ha pretendido despojar a Huatulco y a cientos de familias del atractivo turístico que representa el campo de golf de Tangolunda.