En la Península de Yucatán, huele a un platillo muy especial, huele a tierra, huele a las piedras que lo calientan y a las hojas verdes que lo cubren.
El Pib se conoce de diferentes maneras: Mucbipollo, Pibipollo o Mukbil Pollo. Tiene sus orígenes en la cultura maya y el mismo vocablo “Mukbil” significa “algo que debe ser enterrado”.
El pib es un tamal grande en forma redonda o cuadrada, que se prepara con masa de maíz, tomate, manteca de cerdo, chile, cebolla, epazote y xpelón. Puede estar relleno de pollo, pavo, puerco o res, que se mezclan en el kol, preparado con el caldo donde se cocinó la carne, achiote y masa.
Se envuelve en hojas de plátano y después, como dicta la tradición, se entierra bajo tierra por varias horas para cocinarlo, aunque muchos, ahora lo preparan en los hornos de sus casas.
En el método tradicional, el “pib” se coloca en un hueco que se hace en la tierra donde se ponen las piedras calientes y las maderas. Una vez colocado, se cubre de hojas, de preferencia verdes recién cortadas (hojas de huano, por ejemplo); luego se cubre de tierra y se deja cocinar.
Este platillo es una comida tradicional de las comunidades mayas y se hacía con motivo del inicio de las cosechas. Ahora es una tradición para el Día de Muertos o Hanal Pixán (“comida de las ánimas”) y es imprescindible en los altares.