Aquí te compatrimos la columna de Jenn Saavedra; hoy comparto desde el fondo de mi corazón un tema sensible, pero que es importante hablarlo, como destacar la importancia de brindarle amor a nuestros seres queridos, y saber transmitírselos.
Cuando una persona se va de este plano terrenal se hace presente en la mayoría de los casos el sufrimiento, llanto, tristeza, dolor; un dolor que llega a ser tan profundo que podría convertirse al principio en algo desesperante al saber que no podrás verle más.
Hace muchos años veía lejana la muerte de mis abuelitos, los veía eternos… en lo personal la pérdida de mi abuelito Alberto hace dos años, ha sido una de las más difíciles, un hombre generoso, bondadoso, solidario… con quien me sentaba por horas a platicar de diferentes temas de la vida, me hacía reír, compartimos una complicidad maravillosa, y siempre era un gozo escuchar sus anécdotas.
Por poner un ejemplo comparto la relación con mi abuelito que estoy segura se hace presente en muchos momentos de la vida, sé que está conmigo, que me cuida, me da señales a su manera, y precisamente en ese tema quiero ahondar.
Hace un tiempo llegó a mi vida como señal divina el libro “Señales”, y se preguntarán… ¿A qué se refiere con una señal “divina”? No fue una, sino varias veces que ese libro se presentaba en mi camino de diferentes maneras y a través de diversas personas, así que si estás leyendo esto, quizá también sea una señal para ti.
Antes de comprarlo, investigué la sinopsis de este libro, y se lo regalé a un familiar, quien al entregárselo se le llenaron los ojos de lágrimas e ilusión, y ahí todo me hizo sentido, había entendido que se lo había dado a la persona correcta. Tiempo después me comentó que leerlo había sido un parte aguas favorecedor en su vida, así como sanador y enriquecedor.
Esto no tiene nada que ver con el tema de la práctica de una religión, cada quién es libre de creer en lo que quiera. En lo personal, creo en Dios y el Universo, es cuestión simplemente de tener fe. “Señales” habla de saber “reconocerlas”, y de entender que nuestros seres queridos nos acompañan y nos envían mensajes que podemos aprender a interpretar.
No quisiera entrar en detalles. Sólo sé que cuando las señales llegan, son un sentimiento de tranquilidad y gratitud inexplicable.
Recuerda que puedes leer todos los jueves la columna de Jenn Saavedra en www.aztecaquintanaroo.com
