Canelo, se ha robado corazones, lo han nombrado el hachiko yucateco
Descripción: En las afueras de un hospital en la Colonia Pensiones, un pequeño perrito llamado Canelo ha demostrado una asombrosa lealtad y esperanza al esperar a su dueño, quien supuestamente ingresó hace más de dos semanas. Trabajadores y personas de la comunidad comparten sus impresiones sobre la conmovedora historia.
Cuerpo del Texto: En un acto conmovedor de lealtad, Canelo, un perrito de la Colonia Pensiones, se ha convertido en el “Hachiko” Yucateco al esperar pacientemente a las afueras de un hospital, donde su dueño ingresó hace más de dos semanas. La historia, que ha conmovido a trabajadores y residentes, revela la persistencia de este canino en permanecer cerca del lugar donde vio por última vez a su ser querido.
Guadalupe Peña, enfermera del hospital, comparte: “Al parecer llegó con un paciente y el perrito se quedó aquí esperando a su dueño. No sabemos si la persona sigue ingresada”. Las personas que han sido testigos de esta emotiva situación expresan su tristeza por la historia de Canelo. Julián Narváez, ciudadano, comenta: “Es triste la historia del perrito, me imagino que debe estar esperando a su dueño que está internado”.
María García, testigo del suceso, agrega: “Vi que venía, dicen que sí, que vino con su dueño, que ingresó con su dueño, y creo que sí porque no había ningún perrito antes”.
A pesar de su aparente cansancio y confusión, Canelo no muestra signos de rendirse. Guadalupe Peña explica: “Nos habían comentado que el dueño se había ido y que el perrito no lo pudieron subir al taxi y se había quedado acá. Es un perrito que inclusive está operado, esterilizado; se ve que es de casa, pero la versión es que sí llegó con alguien”.
Las personas de la comunidad han expresado el deseo de adoptar a Canelo, pero el pequeño perrito insiste en quedarse. Guadalupe Peña menciona: “Lo intentamos adoptar, lo intentamos agarrar para llevarlo, pero no se deja. Al parecer llegó con la persona que se ingresó y está esperando que salga”.
Vecinos como Geny Luna comparten detalles sobre Canelo: “Es uno como amarillito, chaparrito. Ya tenía días que estaba ahí en la puerta del hospital. Las enfermeras venían y le daban su comida”.
Con el apodo de “Hachiko” Yucateco, Canelo se ha vuelto inquebrantable ante el sol y la lluvia, manteniendo viva la esperanza de volver a ver a su dueño. La incertidumbre persiste, pero la lealtad de Canelo continúa siendo un conmovedor ejemplo de la conexión especial entre los humanos y sus fieles compañeros caninos.