Cada ciudad en México cuenta con esculturas u otras estructuras que rinden homenaje a alguien, algún hecho importante en la historia de la nación y que son admiradas por habitantes; en el caso de Cancún, también cuenta con varios monumentos, que se distribuyen en la zona Centro, y algunos, un poco más lejos, y que fueron ‘rebautizados’ por la ciudadanía con el paso del tiempo, y se volvieron puntos de referencia por sus ubicaciones.
Por eso, en TV Azteca Quintana Roo te traemos datos que quizá no sabías, pero que, de ninguna manera, deberías perderte; puede que reconozcas algunos de los que mencionaremos, pues la mayoría están a la vista de todos.
Pese a que la ciudad es relativamente joven, también fue sede de diversos eventos, como la Cumbre Norte-Sur en 1981, donde, en su honor fue colocada una estructura metálica para homenajear dicha reunión de representantes de países del Continente Americano, pero que años más tarde fue retirada y actualmente hay otra en su lugar.
Monumentos en Cancún
El primer monumento, y el más conocido de todos, es ‘Fantasía Caribeña’, aunque la ciudadanía lo nombró ‘El Ceviche’, que se localiza en el cruce de las avenidas Cobá y Tulum, fue creada en 1992 y se compone de dos conchas de caracol en los costados, estando en el centro de la misma una estrella marina grande y tres más delgadas y de distinto color, junto a una concha.
El segundo es el ‘Monumento a la Historia de México’, pero los cancunenses lo conocen como ‘La Licuadora’; ubicada en el cruce de las avenidas Uxmal y Tulum, frente a la terminal de autobuses de la ciudad, que es visto por quienes se dirigen a sus labores, ya que es una zona muy concurrida.
El tercero es el ‘Monumento a José Martí’, conocido por los habitantes como ‘El Plátano’, esto debido a su forma, que es parecida a una de estas frutas cuando se le quita la cáscara a la mitad; cuenta con cuatro estructuras de concreto, una de ellas, con la cara del homenajeado; se localiza entre la avenida Tulum y la avenida Bonampak.
El cuarto es el ‘Monumento a la Madre’, que se ubica en el cruce de las vías, Yaxchilán y Sunyaxchén, que, debido a su forma, fue apodada como ‘El Bolillo’; la escultura representa de una manera abstracta a una madre y un padre, acariciando a su hijo que aún estaba en su ‘panza’.
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